Hola, holita.
Y agosto se terminó y con él las lecturas del #Rita Brilli 💃🏼
¿Qué tal se habrá portado la señora Krantz? ¡Vamos a verlo!
Pasen y vean qué tal han sido las experiencias lectoras del resto de participantes
►►Ale ha leído Hasta que volvamos a encontrarnos:
Como siempre que me estreno con una autora, procuro ir con ganas y con buena predisposición a encontrarme una historia disfrutable. Sintiéndolo mucho, mi primera experiencia con la Krantz no ha sido lo satisfactoria que hubiera querido.
En primer lugar, decir que este libro no es romántica. De hecho, lo que menos importa en la historia o a lo que menos atención dedica la autora es al amor romántico de ninguna de las tres protagonistas, Eve y sus hijas, Freddy y Delphine. Que sí, que aquí hay maromos para llenar un estadio y ellas se los benefician tan gustosamente y muy bien que hacen en darle a su cuerpo alegría Macarena. Pero es que en esta novela ellas se hartan de chingar con los distintos hombres que aparecen en sus caminos, sin que ninguno te dé la sensación de ser ESE, sin que exista una historia de amor destacable. Y cuando parece ser que al fin llega uno que apunta maneras, la Krantz lo despacha en un pis pas y no se extiende nada con él (precisamente uno de los que más me gustaba, joder).
La actitud que las protagonistas adoptan ante los fracasos y decepciones amorosas es tan despreocupada, y el disgusto les dura menos que una piruleta en la puerta de un colegio, que dan a entender que los asuntos del corazón les importa una fruta mierda. Por lo que si a la autora y a sus protagonistas no les importa, imaginad la sensación que me han transmitido a mí: de indiferencia total.
A ver, que yo tampoco quería que las tres fueran como la Zarzamora llora que llora por los rincones, eh. Pero no sé, me ha faltado sentimiento, me ha faltado que me hicieran sentir algo más que no fuera ir pasando páginas con cara de planta mustia.
La trama principal gira en torno a sus ajetreadas vidas, lo que luchan para conseguir sus objetivos, los distintos amoríos que mantienen, cómo las trata la vida con el transcurrir de los años, las decisiones acertadas o no que toman, en definitiva, narra una sucesión de hechos cuyo eje central son los desafíos que estas tres mujeres se atreven a enfrentar. . . pero insisto, lo hace de forma poco convincente. Y todo ello enmarcado de modo superficial, he de decir, durante unos años social y políticamente bastante convulsos. No obstante, la Krantz tampoco mima el contexto temporal, sino que se limita a mencionar los años y los lugares y ya, pero dejándolo como muy a la sombra. Creo que este es otro más de los elementos desaprovechados en esta novela, ya que había tela de sobra para cortar. Así que esta parte del libro tampoco me ha resultado significativa.
La idea era muy buena y había suficiente chicha para crear algo interesante, pero ha fallado el modo de ejecutarlo, por lo que el planteamiento pierde el rumbo.
Debo reconocer que esta autora escribía bien, al menos este libro me ha parecido muy bien escrito (si no hubiera sido por eso, me habría tirado de los pelos). Pero mi problema no ha sido su estilo de escritura, sino el ritmo que le impone a la historia y que la mayoría de personajes me han caído regular tirando a mal. Solo salvo a Freddy y a un par de ellos más, cuyas historias me han resultado más dinámicas y con un pelín más de pasión. Me ha dado rabia que el desarrollo de las mismas no estuviera bien planteado. Si hubiese sido al contrario, estoy segura de que hubiera disfrutado el libro mucho más.
El comienzo es pausado y te hace querer seguir leyendo y saber más. Sin embargo, cuando la cosa va cogiendo forma, acelera a lo bestia y no se detiene en los detalles importantes. No así en las descripciones, largas y demasiado minuciosas para mi gusto.
Por otro lado, creo que la Krantz lo suelta todo de una manera brusca y sin cuidar a sus personajes. Por ejemplo, las escenas amorosas o sexuales me han dado la sensación como que no venían a cuento. La autora les da un fervor ridículo e incluso me ha parecido que no casaban ni con el momento que se estaba narrando en la historia ni con los personajes que la protagonizaban.
Para mí todo esto le ha restado mucho a la novela, puesto que no me daba tiempo a apreciar lo que me estaba contando y no era capaz de empatizar o emocionarme con la alegría de sus protagonistas ni tampoco conseguí sentir compasión con los sufrimientos por los que se supone que pasan. Supongo que por eso no he llegado a creerme a los personajes y eso, teniendo en cuenta que la novela es ficción pero que el contexto social y político sí es verídico, pues me ha dejado muy fría ante sus aventuras y los acontecimientos que se narran.
En fin, que mi primera incursión con la Krantz no me ha convencido, pero eso sí, tampoco me ha quitado las ganas del todo de seguir probando con otros de sus títulos.
-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_
►►Kim ha leído Hasta que volvamos a encontrarnos:
Mi gozo en un pozo de sumergirme en un guarrerismo ochentero, tal y como sugiere la portada (algún día podríamos hablar largo y tendido sobre esas portadas que no se acercan ni de lejos al contenido de la novela...). Obviamente, con leer la sinopsis ya habría sabido que de los ochenta no iba a encontrar ni el resto de olor de la laca Nelly pero no me dejéis sin el gustito de quejarme un rato. En fin, ¡que no iba yo a rechazar la historia cuando ya la tenía en las manos! Así que me sumergí en sus más de seiscientas páginas para darme de bruces con la triste realidad: esto no es una novela romántica
Como veis, chasco tras chasco. No quiero decir que sea una mala novela porque, sinceramente, no lo es, pero, como romántica, es un fail de tomo y lomo, ya que el eje de la novela no es una historia de amor sino la vida de tres mujeres. Que definitivamente esas mujeres saben cómo darle alegría a los bajos, también te digo, pero no es eso lo que mueve el libro. Hasta que volvamos a encontrarnos nos narra la historia de Eve Courdet y sus hijas Delphine y Freddy desde 1910 a 1956, con todo lo que históricamente eso supone. Es cierto que, aunque no sea ochentera, sí es una novela de lujerío, ya que esta gente no sabe lo que es la ropa del Primark ni comprarse las bragas en el mercadillo. Eve nació en una familia acomodada francesa, pero sus ansias de libertad, de conocer mundo, su descubrimiento del guarrerismo y su faceta artística hacen de ella una oveja negra que acaba entrando en el redil (y en la aristocracia) tras muchas vicisitudes y de la mano matrimonial de Paul de Lancet, vizconde palote miembro de una famosa familia de productores de champán. Sus hijas, nacidas en mejor posición y dando más vueltas por el mundo que el baúl de la Piquer, desarrollan fuertes personalidades que acaban dando más de un quebradero de cabeza a sus padres y llevándolas por caminos muy distintos. La mayor, Delphine, descubre un gusto casi orgásmico por el cine (y, si habéis leído el libro, ya sabéis que lo de orgásmico es literal), mientras que la pequeña, Freddy, lo que quiere es volar libre, también de modo literal. Por ahí pulula también Bruno, el hijo de Paul, que solo sabe darnos por **** toda la novela. Todo esto con la situación de Europa como telón de fondo que, obviamente, acaba afectando a todos los personajes. No os cuento más porque hacerlo sería contar la novela entera, ya que así es este libro. No te cuenta nada en concreto sino cuatro décadas en la vida de esas tres mujeres. Obviamente, son sus años más interesantes, claro, ya que las conocemos asentadas en el prólogo para luego retroceder cuarenta años y conocer a una Eve adolescente con más ganas que vivir la vida que yo de quitarme la faja para luego ver cómo sus hijas tienen las mismas ansias de libertad. Como podéis imaginar, es una novela que tira más a El regreso que a Cenizas al viento, ya que aquí pulula mucha gente y el lector se va con todos gracias al narrador omnisciente. La diferencia está en que con El regreso hice la croqueta de principio a fin y de esta novela no sé ni qué decir.
No es una mala novela y, desde luego, te entretienes muchísimo porque la Krantz no da descanso, ya que ni Eve ni sus hijas se sientan a ver la vida pasar. Todas son personajes activos, que no esperan a que les llegue su suerte sino que la provocan, tanto en la parte laboral como, especialmente, en la sentimental (aunque aquí es un poco timo del tocomocho, ya que las tres son muy audaces y atrevidas pero tienen un modo de enamorarse que hace que la velocidad de Usain Bolt sea la de un caracol a su lado). Es cierto que, al leer esperando una novela romántica, el hecho de que no haya una historia de amor central que te lleve por la trama te descoloca pero eso no ha supuesto un problema para mí en otras lecturas de esta clase. El problema, para mí, es que aquí hay demasiada gente pululando, con lo que la atención se te desvía cada dos por tres. Judith Krantz me ha sorprendido como narradora, la verdad, es elegante y muy ágil, muy detallista a la hora de dejarnos ver la clase que tienen los personajes (se nota que la Krantz sabe de ese mundo), pero la he visto muy aséptica, más como una periodista que como una escritora que quiere a sus personajes. Eso es lo que más me ha faltado (guarrerismos y amor aparte), ver que la escritora tiene cariño por sus personajes. Esta mujer se inventa unas vidas interesantísimas, con unas mujeres de bandera que pelean por lo que quieren, pero nos cuenta sus vidas como el que coloca os paquetes de arroz en Mercadona, de modo rápido y mecánico, parece que tuviera prisa en contarlo todo y nos evita diálogos y pausas en determinados momentos en los que eran necesarios para contarnos ella todo y quitárselo de encima en un plis. Imaginaos cómo va la cosa que yo, que siempre agradezco que no me hagan perder el tiempo en descripciones y mareos varios de la perdiz, me he visto gritándole mentalmente a la Krantz que parara un poco y me dejara saborear algo lo que me estaba contando.
Es que hay mucha gente por el libro y mucho que contar, pero lo cuenta todo extremadamente deprisa y sin profundizar en nada, ni contexto histórico, ni sentimientos o pensamientos de los personajes. Únicamente con Freddy, el personaje más apasionado (y por cuya trama aparece mi maromo favorito), se permite algo más de emoción pero tampoco creas que vas a agarrar el pañuelo para sonarte los mocos. La más desdibujada acaba siendo Delphine, algo que personalmente no me importa porque me ha parecido una petarda la mitad del libro 😂. Además, el libro se abre con un prólogo en 1956 al que no se regresa al final, así que me lo he tenido que volver a leer para tener sensación de cierre de la historia (me he vuelto a leer el prólogo, no el libro entero, que mi masoquismo solo me permite releer libro de más de seiscientas páginas si son los de El jinete de bronce y pocos más).
En fin, que la novela está bien pero que no es romántica ni por el forro de mi falda. Si buscas algo que sea más acorde a las convenciones de este género, búscate otra. Si no te importa un ir y venir de maromos y de situaciones que te van a interesar pero te van a dejar con ganas de que te cuente más de todo, inténtalo con ella. Yo creo que como novela (romántica) es un poco fail pero como historión sí merece la pena, aunque tal vez funcione mejor en otro formato, así que intentaré encontrar la miniserie que se hizo y juzgar por mí misma, ahora que ya sé lo que me voy a encontrar.
►►Cassie ha leído Paraíso robado:
A este libro no le falta de nada: ranchos, madastra y hermanastras que ni las de Cenicienta, maromos enamorados de la protagonista, lujerío, famosos y todo lo que queráis. Pero carece de lo fundamental para ser una novela romántica: ROMANCE. Porque, haggards de mi corazón... esto no es una novela romántica
Cada vez entiendo menos que ciertos libros nos los metan como de este género cuando no lo son ni por asomo. Que dos personas se emparejen a lo largo de una novela cuya trama no tiene como centro el amor, pues no es romántica. Porque todas hemos leído mil historias con protagonistas que terminan juntos o liados y no son del género romántico. Lo cierto es que no sabría ni cómo calificar esta novela, porque lo de la estantería que Kim cita en su reseña como "Lujerío brilliochentero" creo que aún no está contemplado (y debería).
El tocho (porque es un tocho) es un despliegue de presentaciones de personajes para atrás y para adelante, esto es, primero nos los pone en el presente y luego hace el retrospecter para contarnos la historia de amol del padre con la segunda mujer, de la hija fruto de este matrimonio con un capullo, de la madrastra despechada, del perro que pasaba por allí... y todo adornado con mucho detalle que no vale para mucho. Y luego que si la prota se llama Juanita Isabella porKullen Kilkullen porque su tataratatarataratarabuela era española y no sé qué más rollos histórico-geográficos sobre California en época hispana, las concesiones que hacía la Corona y tal.[...]
¿Y el maromaje? Tres tíos detrás de Jazz porque es la caña España: un actor a lo Jon-Erik Hexum, el ex que te ha dejado hecha mierda y regresa y el aparentemente torpe que se sabe que se va a llevar a la prota al huerto porque es un tío de puta madre y blablablá. El trocotró es poco, pero hay escenas que casi calificaría de pornográficas por lo explícitas y hasta desagradables (aunque la historia lo requiera).
En fin, una novela que creo muy de su época, con una protagonista "modelna" que vive su vida como le da la gana (aunque se aferra a la tradición de la propiedad como una lapa) y una trama casi inexistente, tejemanejes que no me interesaban nada, que he leído en ocasiones en diagonal porque no aportaban a la historia. ¿Está mal escrito? No, Judith Krantz tiene oficio y la verdad que es un mérito plantarte semejante ladrillo para contar prácticamente la nada y que no lo tires por la ventana.
•V O S O T R A S H A B É I S L E Í D O•
Amantes lo ha leído:
►Bona Caballero◄ Reseña completa
Esta es una de amor y lujo de toda la vida, con sus jetsetters (literal). Se ambienta en un mundillo en principio atractivo, el del cine y la publicidad, de la costa Oeste principalmente.
Seguiremos a Gigi a lo largo y ancho del mundo occidental, de Los Ángeles a Venecia, pasando por Nueva York. Siempre con cuidadosos looks de los cuales te dan hasta el último detalle, que si una cenefa por aquí, que si un bordado por allá, unas sandalias doradas para rematar el outfit…
Qué queréis que os diga, es como verse toda una temporada de Dinastía, entretenido pero viejuno.
Lo peor es que Gigi acaba siendo muchas veces mero hilo conductor y desaparece de escena durante más de un capítulo.
Lo único que salvaría un poco la cosa, es ese desenfado sexual de mujeres independientes. Encuentro refrescante ese descaro emocional en comparación con la ñoñería actual. Tengo la impresión de que, por mucha gimnasia sexual que metan ahora, en lo emocional deben resultar virtuosas, impecables, consideradas por los sentimientos ajenos, con cuidadín de no ofender a nadie, siempre políticamente correctas.
Pero bueno, dejando a un lado esas cosas que me distraían mientras estaba leyendo, la verdad es que este libro se me hizo muy cuesta arriba. No consiguió entretenerme lo más mínimo. Mi interés por las vidas de los ricos y famosos es bastante limitado. Lo puedo entender en un harlequín que no llega a doscientas páginas, pero tenerme más de cuatrocientas con estas cosas…
En fin, que me costó muchísimo acabar esta novela. Me impacientaba, quería que algo me llamase la atención pero nada, que no progresaba.
Y si no fuera porque quería acabarla para escribir esta reseña, la habría dejado.
Seguiremos a Gigi a lo largo y ancho del mundo occidental, de Los Ángeles a Venecia, pasando por Nueva York. Siempre con cuidadosos looks de los cuales te dan hasta el último detalle, que si una cenefa por aquí, que si un bordado por allá, unas sandalias doradas para rematar el outfit…
Qué queréis que os diga, es como verse toda una temporada de Dinastía, entretenido pero viejuno.
Lo peor es que Gigi acaba siendo muchas veces mero hilo conductor y desaparece de escena durante más de un capítulo.
Lo único que salvaría un poco la cosa, es ese desenfado sexual de mujeres independientes. Encuentro refrescante ese descaro emocional en comparación con la ñoñería actual. Tengo la impresión de que, por mucha gimnasia sexual que metan ahora, en lo emocional deben resultar virtuosas, impecables, consideradas por los sentimientos ajenos, con cuidadín de no ofender a nadie, siempre políticamente correctas.
Pero bueno, dejando a un lado esas cosas que me distraían mientras estaba leyendo, la verdad es que este libro se me hizo muy cuesta arriba. No consiguió entretenerme lo más mínimo. Mi interés por las vidas de los ricos y famosos es bastante limitado. Lo puedo entender en un harlequín que no llega a doscientas páginas, pero tenerme más de cuatrocientas con estas cosas…
En fin, que me costó muchísimo acabar esta novela. Me impacientaba, quería que algo me llamase la atención pero nada, que no progresaba.
Y si no fuera porque quería acabarla para escribir esta reseña, la habría dejado.
New York, New York:
►Beatriz◄
Yo he leído NEW YORK, NEW YORK, CONQUISTARÉ MANHATTAN, y me pregunto ¿qué acabo de leer?? No lo digo en un sentido peyorativo, por el contrario (le di cuatro estrellas en GoodReads), pero si me pidieran encasillar esta novela en algún género narrativo, me sería muy, muy difícil.
Escrita en los años ’80, nos presenta la historia de Amberville Publications, cuando el mundo editorial de revistas aún no había sido derrocado por Internet y la publicación electrónica, y era una industria competitiva y multimillonaria. Me encantó introducirme en ese entorno del arte de diseño de maquetas, de fotografía, de impresión y distribución, narrado en forma muy amena e inserto hábilmente en el argumento.
Fundada casi de la nada en los años ’40 por Zachary Amberville, un hombre visionario y carismático, recorreremos la vida de esta familia y cercanos, cuya existencia gira en torno a la editorial. El cuidado y esmero con que la autora nos involucra en la vida y evolución de cada uno de sus personajes a través del tiempo es fabulosa e, insisto, con un estilo muy ameno que invita a seguir leyendo y leyendo.
Por supuesto, entre medio encontraremos de todo: traición, envidias, infidelidades, venganza; pero también algunas relaciones familiares y de amistad que cualquiera desearía tener.
Por último, no quiero dejar de referirme al personaje de Maxi Amberville, hija de Zachary, y la única con una personalidad que iguala a la de su padre. Ella me encantó, sobre todo en la forma poco ortodoxa de conseguir sus objetivos. Es un personaje fresco, caprichoso, creativo, obsesivo, fiel a su familia y absoluta merecedora de heredar este imperio.
Scruples:
►Alba Turunen◄
Nos narra la vida glamourosa y lujosa de varios personajes, desde no ser nada, hasta el éxito. La protagonista, Billy podría ser una fracasada, hasta que una estancia por estudios en París cambió su vida y madurez. Scruples es el nombre de la tienda de modas que Billy regenta en Beverly Hills, junto con Spider (fotógrafo de modas) y Valentine (diseñadora). Aunque el libro se publicó en 1978, no puedo considerarlo a mis ojos como una novela romántica, si no como una historia que narra las dichas y desdichas de Billy, Spider y Valentine. A algunas personas podrá gustarles, pero a mí personalmente me ha dejado fría. "Scruples" no me ha gustado, se me ha hecho lenta, excesivamente larga y en algunos puntos hasta repelente, no sabría explicar por qué, pero el sexo en ésta novela me parecía repulsivo.
Puede gustarte si estás curada de espanto respecto a algunas novelas antiguas, aunque reconozco que en algunos puntos es muy moderna. El libro te sumerje en el cruel mundo del diseño y la moda, para acabar en lo único que me ha gustado, el cine. Pero desgraciadamente ésta novela no ha sido para mí, me ha resultado demasiado superficial y artificiosa. En Goodreads se ha llevado una estrellita nada más. Lo siento por si a alguna le gusta la novela.
Pobre Judith, que le hemos hecho caso cuatro gatas XD. La verdad es que la mía me gustó y me lo pasé bien leyendo, pero hay tantos peros que ponerle que no puedo darle más valoración, la verdad. Bueno, otra escritora más a la saca!!
ResponderEliminarBesotes!
Reconozco que estoy siendo un desastre con el reto... me gustaría descubrir a las autoras que estáis leyendo pero claro siempre me atrae una serie de mínimo tres libros y por el momento no quiero comenzar más series, a ver si este mes encuentro el momento =)
ResponderEliminarYo este mes opte por el comodín y me salió rana jajajaja Buen post
ResponderEliminarYo este mes opte por el comodín y me salió rana jajajaja Buen post
ResponderEliminar